lunes, 22 de mayo de 2017

La lucha contra el "mundo" (II)

"¿Qué significa cesar de pecar? La respuesta es clara: No significa dejar de tener una naturaleza pecaminosa o dejar de ser tentado. No significa dejar de experimentar las consecuencias de una herencia pecaminosa o dejar de sentir el llamado de las seducciones desde adentro y desde afuera, que son consecuencia de haber pecado. Significa, en cambio, que por la gracia de Cristo, ¡podemos cesar de ceder a esas presiones! Significa que podemos decir "¡No!" a toda tentación interior o exterior, y "¡Sí!" al Espíritu Santo. Significa que podemos ser hechos verdaderamente obedientes a la ley de Dios, de manera que podemos decir con Cristo: "el hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado, y tu ley está en medio de mis entrañas" (Sal. 40:8).

No significa perfección de la carne. Quizá Jesús, como carpintero, erró el martillazo alguna vez, mellando la madera en lugar de clavar el clavo. ¡Sería una necedad calificar eso de pecado! El pecado tiene relación con la voluntad, con la elección. Obsérvense las expresiones volitivas: "El pecado de la maledicencia comienza acariciando los malos pensamientos... Un pensamiento impuro tolerado, un deseo insano acariciado, contamina el alma, compromete su integridad... Si no hemos de cometer pecado, debemos cortarlo desde el mismo principio. Todo deseo y emoción deben mantenerse en sujeción a la razón y la conciencia. Debe desecharse inmediatamente todo pensamiento impío...

Nadie puede ser forzado a transgredir. Antes debe ser conquistado su consentimiento; el alma debe proponerse el acto pecaminoso antes de que la pasión pueda dominar la razón, o la iniquidad triunfar sobre la conciencia. La tentación, por fuerte que sea, no es nunca una excusa para el pecado" (Testimonies, vol. V, p. 177).


Introducción al mensaje de 1888. R. J. Wieland. www.libros1888.com. Página 57.

jueves, 4 de mayo de 2017

Oración

"Que nada exista, solo la misión. Un camino recto y paciente hacia el Sol de Justicia. Y siempre hacia el objetivo. Humildad y  un equipaje ligero en consecuencia. Mi yugo es fácil, mi carga es ligera, decía el Maestro. Piedra y tierra bajo la pisada firme y el oxígeno de los vientos azules, la alegría en los corazones que aman la Verdad y la comida del mendigo. Amistad, castidad, salud, fuerza de Dios, abnegación, perfección y paz desde el amanecer hasta el atardecer. Que nada exista, la mirada franca, las palabras justas, el silencio cómplice . Que Dios nos ilumine, y tendremos la perfección del cuerpo y de la mente. Que allí donde el mundo pida plata y oro podamos regalar el gozo de Nuestro Señor Jesús. Esto es el Ser, y pedimos Señor que nos des de tu gloria para Ser hasta donde tú quieras que seamos, porque nosotros no podemos si tú no quieres. Pero este es el Ser que pide tu permiso para ser real y alcanzar tu Espíritu en nuestras vidas. Amén."