jueves, 13 de julio de 2017

Campo de batalla






" Venced el miedo, y yo os prometo que venceréis a la muerte" - Alexander.

" Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará" - Evangelio de Marcos 8:35.

Una vez más nos detenemos a observar la simetría existente entre el espíritu del mundo y el Espíritu de Dios, al hilo de la película dirigida por Oliver Stone. No hay otro modo de identificar los valores eternos sin sombra de error o duda: aquellas expresiones o formas de la cultura humana ( principalmente las letras y las artes clásicas) cuyo significado tiene su correspondiente forma y expresión en la Palabra de Dios. En este caso, es el tema de sacrificar la vida por la Verdad. La vitalidad pagana, el espíritu de Homero, buscaba la autenticidad y la trascendencia por medio del esfuerzo humano ( y para gloria de lo humano). El mensaje bíblico nos dice que la trascendencia únicamente puede alcanzarse mediante la abnegación y el sacrificio por amor a Cristo. La abnegación requiere esfuerzo, a veces un esfuerzo demasiado sutil y apacible como para ser identificado como tal. Pero vayamos a la película en sí, tan imperfecta e irregular, dotada sin embargo de una belleza y una expresividad extramundanas. Es cierto que la voz en off y las escenas cargadas de diálogos pueden perjudicar la imagen pura, pero en este caso, en virtud de una excelente labor de escritura, tenemos una memorable sinfonía del verbo y de la acción. Los personajes hablan, para bien o para mal, conforme a los elevados propósitos de su espíritu. De ahí surgen esos diálogos que son a la vez prosa y poesía, y que de algún modo vindican el carácter de lo eterno ( al contrario de la horrenda expresividad de Game of thrones, por ejemplo). Veamos hasta qué punto la película está fuera de la contemporaneidad, atendiendo a algunas de las ideologías reinantes en el mundo presente, y al rechazo general por parte de público y crítica: la mujer ( y la madre ) es una víbora. Cuando parece que habla de homosexualidad ( o de libertinaje sexual ) en realidad está vindicando el celibato por el compromiso con una misión y con un Gran Sueño, empresa en la cual la mujer y la familia son un lastre inasumible ( véase la relación entre Alejandro y Hefestión. Tan sólo una breve cita homoerótica. El resto de secuencias conforman una historia de amor casto y puro ). La amistad es la forma de relación eterna, y no el matrimonio ( “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo." Mateo 22:30) El valor de la guerra, la sangre y el sacrificio. Y, en definitiva, la película desborda en sueños y en ideas inalcanzables salvo para los que creen en la verdad, una verdad personal que no es sino la particular asimilación de la verdad universal. La banda sonora de Vangelis eleva a lo celestial aquello que por su violencia y destructividad nos remite exclusivamente al infierno.

¿Qué sentido tiene el valor de la guerra, a la luz de la Palabra de Dios?. La guerra nos ayuda a vencer el miedo. Y, en la contienda contra las huestes espirituales, la vida diaria es el campo de batalla, la espada es la Palabra de Dios y la Fe nuestro escudo. El valor y la nobleza también son valores eternos, y hoy en día muchos pretenden relacionarse con la eternidad aplicando estos "valores" en el campo de la política, el arte, la ciencia, el pensamiento o el espectáculo. Es el campo del pensamiento (del corazón) el que nos interesa. Pensar como Dios, y estar dispuestos a entrar en la batalla y morir como Cristo y luchar como Cristo, en su misma perfección de carácter.