domingo, 26 de noviembre de 2017

La conquista





La luz resplandece con mayor fuerza y significado cuando surge, como una isla imprevista y sorprendente, de un conjunto compuesto a base de piezas donde predomina el escenario lúgubre, el espectáculo inmoral y el ruido de una sociedad deprimida. Este fenómeno se da en la película Cabaret, dirigida por Bob Fosse. A excepción de la secuencia que aquí nos interesa, el resto es una colección de imágenes destructivas y degradantes para el alma, que obviamente nos alejan del Reino celestial. No obstante, el contraste y la contextualización le otorgan toda la enorme emotividad a la que tal vez sea la secuencia musical más bella jamás filmada. Es, al mismo tiempo, una "isla", y un "paréntesis" dentro del conjunto, pero vence por sí misma a cualquier otra idea o seducción contenidas en el discurso y en la estética global de la película. Frente a la depresión económica, social y cultural, triunfa la imagen del bello efebo, armado con su cruz gamada, quien canta a la vida, al amor y a la naturaleza, y hace que los espíritus revivan y vibren en un mismo sentir que clama en defensa de la inocencia, la verdad, la sencillez y el coraje. Bares, discotecas, estadios de futbol y demás lugares de pecado. ¿Quién se atreve hoy a ser el efebo que canta la alegría y libera a todos de esas cadenas de oscuridad para llevarlos al campo y a los bosques?. Se diría, pues, que el triunfo estético es también un triunfo moral y espiritual, pues destruye toda la oscuridad que la envuelve. ( Y ése es el verdadero sentido de la evocación textual: "¿ de verdad crees que podréis pararles los pies ?"  ). Y, aunque ahora estamos analizando ante todo la cultura y la imaginación, así fue también en el plano histórico. Hasta donde Dios lo permitió ( por razones obvias que todos conocemos), con ellos no pudieron, ni con sus herederos, pues el bucolismo, el amor al trabajador, el sistema de la seguridad social, ciertos valores asociados a la extrema izquierda y a la extrema derecha, y el desarrollo de la sensibilidad romántica perviven en todo el mundo occidental en la cultura popular y en los programas políticos. Pero ellos fueron la última caballería de occidente que proclamaron la verdad con fuerza y agresividad, sin plegarse a la corrección política imperante hoy en día. 
El tema del bucolismo es especialmente interesante. Debido a la satanización del régimen y de la cultura nacionalsocialista, la salud y el amor al paisaje, a las flores y a la música dócil y sensible se ha convertido en motivo de rechazo o de burla. "Cursi" es la forma en que la sociedad califica a todo lo Bello y verdaderamente puro. Por tanto, los valores de la verdad  perduraron en nuestro registro de pautas y costumbres sociales incluso después de 1945, pero a un alto precio: tratarlos con relativismo y con frivolidad. Dicen algunos que si tanto Hitler como Mussolini tenían un cierto gusto por lo bucólico es algo lógico porque los movimientos totalitarios son la manifestación de mentes infantiles e inmaduras, cuyo resentimiento y complejo de inferioridad busca cobrar su deuda a base de sangre y fuego. ¡Si a usted le gustan las flores y las montañas de Heidi o la música de Wagner es un retrasado mental o un adulto inmaduro!, dicen ellos. Pero sencillamente ignoran o tergiversan la realidad. La realidad es que todo tiene un límite y que cuando el mundo decide matar y arrasar la inocencia, otros, en un determinado contexto o período histórico, van a tener que tomárselo en serio y coger las armas, conquistar el presente y el futuro, y aceptar que una victoria parcial puede ser la victoria completa. Es un deber moral y forma parte de uno de los atributos de Dios, la Ira, aunque en el caso "nazi", como también sabemos, fue finalmente aprovechada y desviada por el adversario de Dios. Paradójico, sí.  




miércoles, 22 de noviembre de 2017

Oscuridad





Desde el 1 de noviembre, como marca la ancestral tradición, las tinieblas reinan en Europa y en sus regiones próximas, las que gozan del privilegio de su cercanía a la luz de Jerusalén y del mar Mediterráneo. El maravilloso y fascinante ciclo de las estaciones es un regalo del Creador, gozo para los sentidos y brújula para el alma, pues son símbolo de la vida y de sus cambios, de la muerte al viejo hombre y del nacimiento a un nuevo ser. Momento, pues, de recordar a Legend una pequeña joya del cine, sencilla pero exuberante alegoría sobre la lucha entre Luz y Tinieblas o, más concretamente, sobre la Oscuridad que reina desde que los últimos inocentes fueron seducidos por el príncipe de las tinieblas, anegando al mundo con éste humo de Satanás, y arrojándonos al nihilismo imperante. La base es el relato bíblico de la caída en pecado de Adán y Eva, pero la tradición y el folclore europeo sirven de inspiración a una imaginería en la que trasgos, duendes, gnomos, hadas, princesas y héroes personifican distintos fenómenos de la mente y del alma humana, siendo Darkness ( otra figura del dios Mamón ) una representación del materialismo y del evolucionismo. La princesa Lili, claramente inspirada en Blancanieves, encarna la inocencia, pero una inocencia sensual y esclavizada por un pecado latente que sólo necesita la llamada de la tentación para manifestarse y destruir el equilibrio cósmico. La verdadera pureza solo puede ser tentada con la pureza, los unicornios en este caso. Aquí la belleza es el bien, y el mal se encarna en la grotesca  caracterización de trasgos y demás dáimones del caos y de la deformidad. Al final, puede triunfar la Luz y volver a vivir la vida en los bosques de ensueños y músicas del Cielo que proclaman belleza, la belleza del hogar de los campesinos y del romántico juego de los enamorados acariciados por el suave viento y acogidos bajo las sombras de los árboles, a modo de secuencia de cuadros pictóricos que serían delicia para los pintores italianos del Renacimiento y para Goya. Todo, a pesar de tanta fantasía, es real, y está en la vida y en la sociedad.

martes, 31 de octubre de 2017

Breker, Pollock y Bacon

El humo del pozo del abismo ( Apocalipsis 9: 1-12) ha tenido interesantes manifestaciones en el arte del siglo XX. Aquí vamos a hacer un breve esquema remitiéndonos a la escultura y a la pintura, teniendo siempre en cuenta que estudiar el arte tiene como principal objetivo el estudio del Espíritu humano y de sus mutaciones a lo largo de las épocas. La cultura estética del socialismo nacional liderado por Adolf Hitler tuvo en Arno Breker (1900-1991) a uno de sus máximos exponentes. El socialismo nacional de Hitler luchó contra el imperialismo espiritual sionista fundamentando la estética en el retorno a la proporción y a la razón del realismo griego. Un espíritu, por tanto, enfrentado a las vanguardias de lo abstracto y lo anti-figurativo, acercándose a una concepción del hombre y del mundo más afín al Espíritu de Dios. El cuerpo del hombre esculpido no es un signo de veneración a la materia, es signo de un estado espiritual en el que la fortaleza física y la fortaleza moral son parte indivisible del Espíritu. Fijaos especialmente en la expresión de su rostro: es el hombre que obedece al Destino y conoce que la vida tiene un sentido, la lucha principalmente, pues tiene a un enemigo al que batir y un ejército del que formar parte bajo la guía de un líder infalible, en imitación de la implacable organización de las fuerzas cristianas. Predestinación, paz, salud, fuerza. Fue un rayo de luz en un mundo ya cubierto de tinieblas:

Escultura de Arno Breker

Veámos ahora el caso del pintor Jackson Pollock, representante del expresionismo abstracto norteamericano, cuyas creaciones ya tienen claramente la marca de ese abismo existencial que hace que entre el confort y el progreso material del siglo XX el hombre busque la muerte sin hallarla, condenado al vértigo de la nada y el sin sentido. Es una pura expresión de la angustia del sujeto, un sujeto libre de la necesidad de recurrir a figuras reconocibles y que puede dejarse llevar por el impulso del ego. Expresa la desarticulación del individuo, el no ser, el caos:

Pintura de Jackson Pollock
Finalmente, y como perfecta antítesis de la luz espiritual expresada en la escultura de Arno Breker, la visión del cuerpo y de la existencia humana según Francis Bacon. El cuerpo humano es pura materia, casi un muñón o resto matérico al que se le añaden de forma grotesca una boca y un trasero, la forma de una figura atormentada que adopta posturas extrañas, expresión de la angustia del pintor, la descomposición de lo humano, la enfermedad y la locura:

Tríptico de Francis Bacon






Hispania de los santos y guerreros






Somos esencia, y si no conocemos la verdadera esencia hemos perdido el alma y la patria. Qué gran tesoro el del hombre que tiene una patria en el corazón. Pero la contemporaneidad y el "progreso" ( acaecidos desde finales del siglo XIX hasta hoy ) han asesinado a la inocencia, y ya apenas quedan imaginarios que den validez y legitimidad social a la vida del adolescente que recorre feliz un sendero de flores o al peregrino que, sentado en una silenciosa plaza de pueblo, contempla gozoso las montañas y el campanario de la iglesia. En consecuencia, y hablando en sentido no literal, quienes aún conservan en sus frentes el Sello de Dios ya no pueden "comprar ni vender".  La "marca de la bestia" se manifiesta también como implacable imperialismo cultural, aquél que aparece descrito, mediante figuras alegóricas, en la quinta trompeta de Apocalipsis 9, versículos 1 al 12. Es la destrucción del alma humana, abocada al vacío existencial, esos humos que suben desde el abismo profundo y contaminan toda la tierra con tinieblas espirituales. En la pintura contemporánea, testimonio de esa degeneración, tenemos los casos de Jackson Pollock y de Francis Bacon.


En estos días de crisis y amenazas de ruptura, muchos piensan y hablan sobre la cultura que deberíamos o no deberíamos ser. ¿Qué es España y por qué está tan enferma?. ¿Cuál es el origen de su desangramiento?. Desde luego, contra ese imperialismo espiritual referido antes, es menester definir una cultura y un espíritu colectivo que pueda aproximarse al Espíritu de Dios. Hispania no es la "movida madrileña", no es el "gran hermano" y demás bodrios televisivos, no es "sol y playa", no es Rita Barberá, ni Rajoy, ni Camps, ni Zapatero, ni Pablo, ni Puigdemont, ni el Real Madrid ni el Barça ni el gol de Iniesta en el minuto 116 de la gran final. Hispania es el eco de la antigua y enigmática Tartessos, es el Sol de Jerusalén girando hacia el oeste, es la marca de los celtíberos, el liderazgo de Viriato y la resistencia de Numancia. Hispania es la poesía y el romancero medieval, es los jardines y monumentos de Salamanca, es un lenguaje y un pensamiento perenne, como los poemas andalusíes de amor, huerta y palacios, es también la pervivencia cátara y el estandarte de los templarios, es el lugar donde reposa el santo grial de una sangre que pervive si la dejamos fluir a la vez que destruimos el imperio de Mamón. Hispania es el sincretismo cultural y arquitectónico de Toledo, los páramos de Soria y la geografía salvaje de Diania, desde el Montdúver hasta el cabo de San Antonio pasando por el Benicadell, la Mariola, la Font roja, Bocairent y hasta los muros de Almansa. Y tener espíritu hispano es ser idealista como el hidalgo Don Quijote de la Mancha, inocente como Sancho Panza y santo como pudo llegar a serlo Francisco de Borja. Culminando, pues, ya en el límite de las épocas, con la locura genial de Salvador Dalí. Hispania. Ecce homo. Escríbelo en el corazón y dale vida.


 Voz Valldense

lunes, 9 de octubre de 2017

Cimas

Empezamos la sección de "microrrelatos". Próximamente abriremos un buzón a disposición de cualquiera que quisiera enviar algún testimonio en este formato breve y conciso. No se necesitan grandes literatos ni ningún talento especial. Tan solo corazón, sencillez y transparencia.


Caminar por la montaña y ascender guiados por las sendas o la roca plana. Al principio era, hace más de una década, no mucho más que un deporte. Después se convirtió en un estado del alma, una de las mayores bendiciones de aquella primera juventud. Encuentras el ambiente, el clima y los pensamientos que te ayudan a salir de la enfermedad del mundo. Junto al amigo y camarada, siempre que el tiempo nos lo permitía, salíamos hacia las montañas con la intención de "sacudirnos las pulgas de la civilización" durante unas horas, o un día entero en caso de pasar la noche bajo las estrellas. El paisaje montañoso, los silencios del bosque, el vuelo solemne del ave rapaz, la prueba de resistencia física al buscar la cima de la montaña con la esperanza de hallar pronto el reposo, todo ello desarrollaba la actividad de la voluntad y la imaginación y, en última instancia, generaba una primera imagen o sentimiento de lo Eterno. No obstante, desde siempre he padecido de vértigo, esa sensación de "caer al vacío" que aparece cuando te acercas a un tramo del camino rodeado de una fuerte pendiente. Entonces te enfrentas a esa desagradable sensación de vulnerabilidad. En una ocasión tuve que superar el escollo de un peñasco que me impedía el paso hacia el final del sendero que nos guiaba a la cima del monte. Si quería culminar el viaje, tenía que hacer una pequeña escalada para superar el peñasco y hallar por fin el descanso pocos metros más allá, un descanso que siempre traía el placer de las hermosas vistas y algo para comer. Mi compañero logró superar el obstáculo con relativa facilidad, pero yo, tras unos cuantos intentos, me sentí impotente ante la sensación de pánico que me invadía cada vez que intentaba escalar aquel peñasco. Me faltaba el valor y me faltaban fuerzas, y empecé a llorar por la frustración que sentía. Y además me sentía atrapado, porque no sólo no podía avanzar más allá de aquella gran roca, la sensación de vértigo no me permitía retroceder debido a la fuerte pendiente, quedándome psicológicamente bloqueado. "Ayúdame", dije a mi compañero. Mi camarada me animaba, "no te rindas", "puedes hacerlo", "venga, tienes que ser valiente", "toma mi mano, yo te ayudaré". Pero yo no podía, y mi amigo empezaba a sentirse molesto. A la impotencia de aquel momento se sumaba la sensación de que mi fragilidad física, en ocasiones o demasiado a menudo, hacía que yo fuera un lastre para el compañero que compartía el viaje conmigo. Y me despreciaba a mí mismo, con lo cual la depresión anímica era cada vez mayor. El caso es que ya no recuerdo cómo fue aquello exactamente, pero a partir de cierto momento pude armarme de valor, agarrar la mano de mi amigo como quien se agarra a la vida y, poco a poco, entre sollozos y palabras de angustia, pude escalar la roca ayudado por el empuje de mi compañero, hasta que al fin puse los pies en suelo más firme, aunque la pendiente continuaba rodeándome por los cuatro costados, así que yo seguía aterrado. "Coge mi mano, no te sueltes". El hombre fuerte, el camarada implacable, podría haber seguido su viaje y no permitir que mi estúpida debilidad le hiciera perder tiempo en su excursión de fin de semana. Pero eligió socorrer al débil, sacrificar su propio potencial y, sin soltar mi mano, recorrer los escasos metros que faltaban para llegar al lugar de reposo. A veces necesitamos ser humildes para pedir ayuda y en otras ocasiones la humildad nos ayuda a renunciar a la propia virtud en beneficio del menesteroso.


Primavera del año 2001








lunes, 2 de octubre de 2017

Felibrige

Un pueblo ha de ser un Espíritu colectivo, así como la patria podría ser la imagen resultante de la relación entre el sentir del individuo y, por otro lado, la historia, el folclore, el idioma y el paisaje, a partir de lo cual el individuo establece el consenso fruto de una relación intersubjetiva. Así nace la verdadera Nación. Esa imagen de la vida del alma ha de tener su origen en el Espíritu de la Verdad, con lo cual tenemos que ninguna nación, pueblo o patria es verdadera si ésta no surge desde el reconocimiento real y explícito de la autoridad y las directrices de Dios, tesoros que en parte podemos recibir aprendiendo la Tradición. En cuanto a conflictos étnicos y separatismos, el problema de fondo es la ausencia de autenticidad en nuestra vida individual y colectiva. La ausencia del Ser verdadero. Consecuentemente, aparece la necesidad de hallar la "libertad", la "comunidad", la "independencia". La ilusión de trascender caminando hacia nuevos amaneceres, naciendo en un mundo nuevo y en una patria "real". Pero no existe tal cosa en la civilización que adora al "dios" Mammón.  Sabemos que Cristo, en su segunda venida, destruirá el mundo, y de toda nación humana no quedará ni rastro. Y sin embargo, necesitamos hallar una identidad trascendente, ese Espíritu colectivo, esa comunidad que, sintiéndonos parte de ella, nos libere de la opresión del sistema mundial satánico. ¿Dónde hallarla?. La Palabra de Dios contiene una advertencia frente al orgullo y la vanidad humana: existe un pueblo apartado del mundo, pobre, silencioso, y a pesar de ello su boca, a imitación de Dios, será como espada que hiere a las naciones. No podemos estar en los dos bandos, o con Dios o contra Él. O con las naciones de la tierra pecadora, o con el verdadero pueblo de Dios, el cual recibirá la recompensa de vivir en una tierra renovada, distribuida en verdaderas naciones en razón de la sabiduría de Dios, gobernadas por Reyes y sacerdotes que administrarán la sabiduría del Rey de reyes. Escrito está y no existen otras alternativas.
Nuestra sociedad, la misma sangre humana, necesita de la guerra, pero procuremos vencer con la Espada al "dios" Odín- Wotan. Utilizando el lenguaje junguiano, es el arquetipo que se está activando ahora mismo en la conciencia colectiva de Europa y el mundo, el mismo "dios" que arruinó el proyecto del socialismo nacional de la Alemania de Adolf Hitler al llevar al ámbito militar y geopolítico una lucha que debe limitarse a la esfera del espíritu y de la cultura. Recordando, además, que Wotan no es maligno en sí mismo, es una expresión humana que en realidad representa un atributo de Dios: la Ira, la tempestad, la venganza, la guerra y la destrucción en aquel gran día de la batalla del Dios todopoderoso ( Apocalipsis 16: 14 ). La iniquidad aparece cuando el ser humano asume funciones que son tarea exclusiva de la divinidad.
En el "Reino de Oc", desde la edad media hasta el romanticismo del siglo XIX, una luz brilló a lo largo de los siglos. Primero con un brillo puro y luego más atenuado, desde los cátaros ( o valdenses ) hasta el movimiento felibrige, los hombres de la Fe Libre, o los hacedores de palabras y de libros. Un pueblo bravo que lucharía hasta la muerte contra la cultura de las naciones del mundo. Un referente a tener en cuenta para quienes quieran seguir cultivando las humanidades a la Luz de la Palabra. La esperanza de cambiar las mentalidades y las conciencias por medio del ejercicio literario siempre inspirado en los atributos y las directrices de Dios.


Cuando los ángeles de los cuatro ángulos de la tierra dejen de retener a los vientos de la guerra, comenzará de nuevo el breve y pequeño reino de Wotan. Si para entonces no tenemos la Espada bien afilada vamos a sucumbir a la tentación de Satanás, enemigo de Dios y del hombre.




miércoles, 20 de septiembre de 2017

Audio sobre la fiesta de las trompetas


Un Rey se acerca a este mundo. El sonido de las trompetas anuncia su justicia y la de los santos que han de esperarle en su advenimiento. A partir de la luna nueva del atardecer del 21 de septiembre, primer día del mes séptimo.



Audio sobre la fiesta de las trompetas 2017

lunes, 11 de septiembre de 2017

La "ideología" de Dios






En el principio era Dios y el hombre, y el hombre era la imagen de Dios, y los pensamientos del hombre eran los pensamientos de Dios. Y así era la vida en el Edén: un Señor y Creador al que servir y obedecer en armonía con las leyes que sostenían aquel mundo perfecto. Belleza, equilibrio, bondad y relación jerárquica desde la criatura hasta el hacedor, pasando por las especies animales y las huestes de ángeles. Y también relación horizontal (relación de igualdad) entre el hombre y Eva, la mujer, y el hombre y sus hermanos. Posteriormente, en tiempos de Abraham, hubo un Rey en Salem, un hombre que encarnó la justicia divina en la tierra ya caída. En síntesis: la relación jerárquica y los modos de relación horizontal, la obediencia consecuente a la nobleza de los seres superiores, junto con la igualdad entre miembros de una misma raza y comunidad, el movimiento "ascendente" (crecimiento en poder, belleza y sabiduría ) y el movimiento "descendente" (la humildad, la compasión y la servidumbre) son constructos del pensamiento humano que, en aquel paraíso original, eran una unidad, la Santa Ley de Dios. Con la entrada del pecado en nuestro mundo y el paso de los siglos, la cultura humana ha ido desarticulando el pensamiento edénico y empezó a formar divisiones, antítesis y doctrinas de opuestos que han enfrentado a los hombres y cubierto de tinieblas a la vida intelectual y política en todas las naciones. Esa aberración llegó a su punto culminante a finales del siglo XVIII con la Revolución Francesa, dando origen a la abominable división de hombres y de ideas, aquello que conocemos como la Izquierda y la Derecha. ¿Alguna vez nos habremos preguntado, cándidamente, si Dios es de izquierdas o de derechas?.  Fijémonos, a grandes rasgos: la "derecha" (tradicionalmente, ya que hoy en día apenas existe un verdadero pensamiento de derechas) representa a la tradición, es la ideología que encuentra en el pasado el fundamento sobre el que construir un mundo que siempre necesita renovarse. La "derecha" defiende el valor de la jerarquía, la disciplina y la obediencia a los más capacitados y fuertes. Antepone el principio de realidad frente a los sueños y las utopías sin mesura. Por su parte, la "izquierda" mira siempre al futuro, allí es donde encuentra una solución utópica a los problemas colectivos, y frecuentemente desestima por completo la tradición y la sabiduría del mundo pasado. La izquierda reivindica la igualdad, la compasión por los seres más "insignificantes" y "débiles" de la sociedad. Resulta bastante obvio, pues, a la luz de la Palabra de Dios, que se trata de una división artificial que provoca un sesgo en nuestra comprensión del mundo y de la realidad social. Los atributos de Dios forman un todo armónico y completo, una intersección en la que la igualdad ( lo horizontal ) no debe estar reñida con la obediencia a los más sabios ( lo vertical ), y así veríamos cómo la tradición fundamenta a la revolución cuando caminan unidas, así como lo "débil" y lo "fuerte" se buscan y se necesitan, complementándose y formando al Hombre íntegro, el Hijo de Dios. Solamente el Nacionalsocialismo tiene carácter trascendente y supera los dualismos políticos e ideológicos, ya que se inspira, al menos, en la perspectiva de los dioses, en la intersección de lo horizontal con lo vertical, y no en la del descarriado viraje de la cultura humana ( específicamente, en sus revisiones más actuales, dejando a un lado, pues, los errores darwinistas y el racismo genocida de los años treinta y cuarenta del siglo XX ). Ahora es un trabajo exclusivo del individuo y de la conciencia individual que está esperando a Dios y quiere formar parte del remanente de los últimos días, pues toda iniciativa política que intente ir más allá del ámbito de la divulgación cultural y de la instrucción espiritual, estaría condenada a repetir el pasado.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Sangre y sacrificio

La sangre es la vida - Levítico 17: 11

Pensar la cultura humana a la luz de la Palabra de Dios nos trae el mal hábito de estar frente a la pantalla del ordenador, o con la cabeza baja mirando libros e imágenes que se suceden en el quehacer cotidiano. El caso es que, de tanto buscar belleza y Verdad, corremos el riesgo de convertirnos en hombres excesivamente refinados, y poco resistentes a ese posible dolor que sería consecuencia de salir de nuestras "zonas de confort". Por eso, mediante símbolos y mitos, es menester traer al alma el valor de la guerra y de la sangre. Símbolos como Conan, Alejandro el Grande, Heracles, Aquiles, Frodo, Sigfrido, o la Espada de Miguel frente al Dragón. En conformidad con el Espíritu y el mandato divino, la violencia y la fortaleza representadas en estos modelos procedentes de la cultura clásica sólo podrían tener un valor pedagógico ( como en la antigua paideia ) si las apreciamos aplicando una lectura espiritual. La estampa carnal de Heracles es un símbolo de la fortaleza moral del hijo de Dios. Frodo, y sobre todo Heidi, representan a esa misma fortaleza, pero desde una dimensión tal vez menos conocida y valorada por el mundo ( ¿la del "no hacer", tal vez? ), la del hombre socialmente insignificante, dócil como un cordero, y extremadamente conservador. Sangre y sacrificio es una conjunción que nos remite a los atributos de Dios y a lo Eterno. Nos remite a ese poder de la Voluntad de Dios que nos capacita para renunciar a la propia vida en beneficio del Bien y de la Verdad. Es el espíritu de abnegación con el que abandonamos nuestro ser, nuestros gustos y necesidades idiosincrásicas para poder cumplir con la Voluntad divina o el propósito de Dios para cada vida individual. En eso consiste el campo de batalla de los verdaderos Hijos de Dios. Los mitos o personajes de leyenda son "contrafiguras" o "tipos" del poder y del carácter de Dios. Por otro lado, no es menos cierto que necesitamos afrontar la precariedad material, la enfermedad, la angustia y las privaciones, a menudo las agresiones verbales o físicas por causa del evangelio. Con ello, pues, resulta que derramar nuestra sangre puede tener un sentido exclusivamente espiritual (morir al mundo para vivir con Cristo) o ser un acontecimiento literal, por lo cual los hábitos y costumbres medio-burgueses nos alejan de esa fortaleza del Espíritu en sentido integral: mente, corazón y cuerpo.

Valor y sangre, hermanos.

jueves, 31 de agosto de 2017

Oda

 Esas formas del placer peregrino
 que inundan la tierra
 con el canto del cielo
 y las voces de la conciencia alada.
Esas voces misteriosas y diáfanas.
Esa muerte que de tan cercana
ya es amiga.
Los sabios y las sabidurías inmortales
la espada que afila la vida y el sentir
la llama de la palabra y del sonido
las armonías del intelecto.
Ese placer en el mundo:
leer la divina comedia de Dante
mientras escuchas la música sacra de Mozart.
Crear pensamiento
con la Palabra Santa
y hacer la guerra del Caballero.
¡Gloria del peregrino!
¡la Gema de Dios y de sus ángeles!
¡Gloria!

 Voz Valldense

domingo, 27 de agosto de 2017

El viaje del anillo





Tendríamos que volver sobre ello más adelante, de momento es menester apuntar algo sobre la historia de Frodo y el Anillo según la conocimos en la versión cinematográfica de Peter Jackson. Catorce años después de su paso triunfal por las salas de cine, parece que la que en otro tiempo fue una trilogía muy popular ya no lo es tanto, y surge la cuestión de por qué no se ha convertido en un clásico. Los atentados del 11 de septiembre del año 2001 abrieron una nueva etapa espiritual y estética para el mundo (según el enfoque de algunos analistas) y, sencillamente, fantasías tan “maniqueas” e inocentes como la de Tolkien quedan al margen de las nuevas necesidades y exigencias de una sociedad decadente. A diferencia de otras sagas populares que sí han sobrevivido a los cambios ( como el caso de Harry Potter o de Star Wars ), la trilogía de Peter Jackson
presenta una radical separación entre el Bien y el Mal, sin apenas matices, y lo hace además utilizando trazos muy gruesos en la creación de los caracteres que representan uno y otro bando: el Bien aparece personificado en la belleza nórdica de hombres, Elfos, Hobbits y ancianos de barbas blancas, y el Mal en la tosca fealdad de los orcos. La sociedad camina hacia un mundo de mixturas y confusión moral y estética, donde el bien y el mal se disuelven en esta confusión de mensajes y de signos. Es por eso que, por ejemplo, The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008), responde mucho mejor al paradigma actual. Sea como sea, seguramente la trilogía que ahora nos ocupa forma parte de ese cine de culto cuyos signos pueden ser apreciados en su atemporalidad, independientemente de las necesidades de la industria, de la cultura y de los imaginarios dominantes. Cuentan los eruditos ( véase este artículo ) que Jackson no supo traducir a formas cinematográficas todo el sentido metafórico de la obra literaria de Tolkien, lo cual parece obvio, pero en ese caso perderíamos de vista lo esencial, que es la efectiva transmisión de una historia que nos remite a los valores eternos de Belleza, Justicia, Tierra, lucha contra el Mal, sangre y sacrificio, amistad y fraternidad. ¿Es más importante la elaboración conceptual y estética, que la efectiva transmisión de esos valores, aunque ello sea a costa de aceptar que estamos ante un blockbuster dotado de cualidades narrativas o estéticas muy esporádicas?. Sí, a efectos del estudio que aquí nos interesa. Jackson se valió de la extraordinaria cualidad emocional y arquetípica de la historia y de los personajes. Cuando una historia cava tan profundo en el alma de niños y de adultos con la capacidad de llenarla de maravillas, la forma de ejecutarla pierde relevancia. Aún así, dicen algunos, todo fue en balde tras el 11 de septiembre.

Precisemos algunos de los significados principales. El anillo de poder es un símbolo del pecado que a todos nos ata en las tinieblas y, a la vez, una materialización del Mal. La Misión de Frodo consiste en un largo y peligroso viaje hacia las tinieblas con el objetivo de arrojar el anillo a las Grietas o el monte del Destino, a los fuegos purificadores, la única forma de destruir el Mal para siempre. Cada hijo de Dios tiene su misión, su Destino, es decir, un recorrido y un viaje personal conforme al poder que Dios le ha dado con el objetivo de destruir el pecado en su propia vida y en la de quienes a él se allegan. Por tanto, cada hijo de Dios es un portador del Anillo. La vida es un recorrido de partida y regreso en el que tras el dolor y las lágrimas en los valles oscuros de Mordor (el presente siglo) viene la recompensa de una tierra de Luz (la vida futura en la eternidad), verde y apacible, eterna y ya libre de pecado para siempre. Y, para el recuerdo, la imagen imborrable de los profundos ojos azules de Frodo ( interpretado por Elijah Wood ), los ojos de la inocencia en otra encarnación más del tonto- casto, del miedo, y de la fragilidad, siempre enfrentados a la rojiza llama del Gran Ojo de Sauron.







lunes, 21 de agosto de 2017

De los atributos de Dios

 Un proyecto cultural y social muy necesario, ahora y siempre.




"Nos gusta lo grande, lo claro, lo bello y transparente. Nos gustan las montañas con sus inmensos espacios abiertos, su aire fresco y puro y la soledad con lo esencial. Nos gustan los niños, las chicas femeninas y bonitas, la sensibilidad en el arte, la tensión del deportista y la fortaleza del guerrero. Nos gustan los campesinos que cuidan y aman la tierra. Nos gusta el trabajo bien hecho y las virtudes que todo un pueblo debe conseguir día a día. Nos gusta la puntualidad, el bien hacer y la gente que trabaja cantando. Nos gusta la Navidad, celebrada con recogimiento e intimidad alrededor de lo más sagrado. Nos gustan los rostros nobles y sanos de una juventud emprendedora con corazones fuertes y cuerpos espléndidos. Nos gusta la nobleza transparente de nuestro fiel perro. Nos gusta la gente amable y ayudar a los demás. Nos gusta en fin, todo aquello que de uno u otro modo forma parte de la identidad de Dios. Porque, ¿cómo podemos definir sino tantas y tantas cosas importantes cuyo aprecio nos viene directamente del sentimiento y la intuición? El Nacionalsocialismo es pues, parte de la identidad del Todopoderoso. "

Pedro Varela, extracto procedente de la desaparecida revista CEDADE.
Fuente: http://es.metapedia.org/wiki/Revista_Cedade


miércoles, 2 de agosto de 2017

Prefacio : En defensa del Espíritu y de la Verdad





Con alegría te encuentro de nuevo, oh, patria mía,
con gozo saludo a los verdes prados;
dejo ya mi báculo de peregrino, pues,
humillado ante Dios, he peregrinado


Estoy en paz con el Señor
a Él se rinde mi corazón
Él me ha bendecido
a Él elevo mi canto

La gracia de la salvación has concedido al penitente
he conocido a la bendita paz,
no temo a la muerte ni al infierno,
alabaré a Dios por el resto de mis días

¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Es la eternidad! ¡Es la eternidad!

Coro de los peregrinos, de la ópera “Tanhauser” de Richard Wagner



PREFACIO

El Señor viene. He ahí la raíz y el destino final, lo cual inspira este manifiesto sobre la divinidad y su relación con la cultura humana. Hace más de cien años, en torno a 18441, sucedió el mayor acontecimiento de la edad moderna, aunque sólo unos pocos, con el transcurrir de los años, fueron conscientes de ello, y aún hoy en día sigue siendo un conocimiento restringido, pues éste no puede darse sin la Fe. Por aquel entonces se produjo el desello final de la profecía de Daniel, haciendo que la realidad del plan de salvación divino quedara a la vista de todos los que buscan a Dios con corazón sincero. El juicio final comenzó, y empezó la cuenta atrás para la segunda venida del Mesías, un Rey de reyes que viene a este planeta para destruir a los impíos y conceder la vida eterna a los que creen que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Se produjo, en definitiva, un esclarecimiento sin parangón de la revelación de Dios contenida en su Santa Palabra, la posibilidad de contemplar la Historia universal desde el punto de vista de Dios y, en consecuencia, el plan de salvación se nos muestra comprensible a la luz de una mente racional que ahora puede conocer cómo termina la historia de la humanidad, y cómo ahora tenemos la ocasión de atender al llamado divino y entrar a formar parte de lo eterno. Es el fin del tiempo humano y el comienzo del tiempo de Dios, nuestro Rey. Pero, si bien es cierto que estamos sobre una tierra perecedera, y que toda creación, expresión y acontecer humano está casi a punto para su extinción, hay una verdad ( una verdad mucho menor, pero no menos valiosa ) a considerar: que la labor, la inspiración y la creatividad del ser humano son susceptibles de recibir la Luz que procede de lo alto. Y, hoy en día, en el contexto de ese “desellamiento” referido anteriormente, cuando la Palabra de Dios aparece al entendimiento más clara y rotunda que nunca, podemos pensar que no existe ningún ámbito de la vida sobre el cual no arroje su Luz, especialmente en el campo de las letras y las humanidades. Son las disciplinas que han conformado y construido el “espíritu” del mundo humano, sus reglas, su moral, sus proyectos, ensoñaciones y esperanzas. Sócrates, Platón, Aristóteles, Homero, Séneca, Wagner, Chateaubriand, Dante, Petrarca, la lírica y la épica medieval, Kant, Heidegger, etc, son reflejos, luces menores alimentadas por una Luz mayor. Y son menores porque la Luz que contienen, siendo siempre eterna y verdadera, aparece corrompida por causa del egoísmo humano, mezclada con los paradigmas que son fruto de las vanidades y de nuestra condición luciferina y pecadora. En otro tiempo, consideramos que la cultura ( y lo mismo podían ser las creaciones “pop” que la llamada “alta cultura” ) era el único y verdadero medio con el que elevar nuestra existencia más allá de la mera supervivencia, cultivar el espíritu, alimentar el alma. Al descubrir y finalmente creer en la revelación de Dios, en un principio nos rendimos ante la permanente imagen de la “vanitas”. “¿Para qué seguir con todo esto?”. Lo cierto, no obstante, es que de lo que se trata es del descubrimiento del Espíritu y de la Verdad en una sociedad que niega la Verdad, que vive de espaldas a Dios y, en consecuencia, rechaza al Espíritu, que no es el espíritu del mundo sino el mismo Espíritu de Dios, al cual podemos acceder a través de esas pequeñas luces divinas que están en el corazón de las creaciones del hombre, pues el motivo abisal del arte y de la cultura clásica es la necesidad de relacionarse con la eternidad. Hágase tu Voluntad, en la tierra como en el cielo...Empezamos a vivir la eternidad aquí en la tierra por el poder del Espíritu Santo.

¿Qué es la Verdad?. Después de la ilustración del siglo XVIII, de la “muerte de Dios”, del evolucionismo de Darwin ( el cual triunfó ideológica e institucionalmente en el siglo XIX ), después de Derrida y del relativismo imperante, resulta difícil defender una Verdad, pero es la que fue, la que es y la que será, es decir, esos valores eternos presentes en el espíritu humano y en sus creaciones, y que tienen su origen en el Espíritu de Dios. Orden, valor, nobleza, castidad, belleza, humildad, servidumbre ( o la disposición permanente a servir al Rey y al prójimo ), Fe en lo invisible, disciplina, templanza, fraternidad, sacrificio, perseverancia, salud, redención ( o transformación del espíritu ), cortesía, patria y hermandad o comunidad. Amar a la virtud y a la justicia es amar a Dios o, como dice el evangelista, la suma de toda la Ley es ésta: amar a Dios, y al prójimo como a ti mismo.
No queremos hacer teoría o fórmulas filosóficas. Cuando hablamos del Espíritu nos remitimos a una práctica totalizante, pues Dios ha de dirigir nuestro pensamiento y conducta en todas las facetas de la vida. Ello, evidentemente, tiene consecuencias políticas y sociales, pero entendemos que Dios no es una ideología y, por tanto, no debemos evangelizar utilizando la apología o la propaganda, pero sí podemos formar grupos movidos por la Fe con el objetivo de instruir a la sociedad en el orden divino. No podemos cambiar la sociedad, eso está en manos de Dios, pero sí mejorarla. No podemos participar del orden social vigente ( que es, en todo tiempo y lugar, un orden humano ) pero debemos estar y vivir en sociedad. La batalla es contra el espíritu del mundo ( las “huestes espirituales del aire” ) no contra personas ni organizaciones. A menudo nos parecerá contradictorio y difícil: estar en el mundo, y a la vez no ser del mundo. Pero la Palabra de Dios nos da la instrucción y las “pistas” sobre cómo llevarlo a cabo. Al mundo guerra/ a Dios la Gloria/ y al hombre la pena. Consiste en alcanzar un equilibrio, sin dejar de ser la más radical de las posiciones.

El texto va dirigido en especial a las personas implicadas en las humanidades y la educación. Desde 1945, con la sucesiva hegemonía mundial de las élites liberal-capitalistas y la gigantesca expansión y democratización de la tecnología y del conocimiento, se ha producido un declive de la moral y del saber, pues, en razón de lo expuesto, no hay otro saber que aquel que tiene su raíz en la Palabra de Dios. Se ha producido una paulatina destrucción del alma humana y cada persona se está convirtiendo en una “unidad de consumo”. Consumir y ser consumidos por la maquinaria. Los saberes clásicos, Grecia, Roma, Hispania, los nacidos a la Luz verdadera que inspira y brilla desde Jerusalén hasta las columnas de Hércules ( la del mare nostrum y el Egeo ), la que ilumina a Europa y a su fiel descendencia, no dejan de ser ese corpus conocido como “humanismo cristiano”, es decir, la filosofía pagana que contamina la Luz divina, pero en virtud de esa filiación con lo divino, en virtud del peso de los siglos y de la tradición, y, sobre todo, sabiendo que Dios da libre albedrío para creer o dejar de creer en su autoridad como Señor y creador de nuestro mundo y del venidero, conociendo su infinita misericordia, pues Él da comida, satisfacciones, calor y cobijo a miles de seres humanos que no quieren creer en Él y que incluso lo insultan a diario, lo mejor que podemos hacer es enseñar a construir una vida sobre el fundamento de los verdaderos valores, darle al mundo, dentro de sus límites y de su laicidad ( perfectamente legítima y respetable ) la mejor vida posible. Porque, eso sí, la verdadera virtud es una, y no entiende de opiniones, ideologías o gustos. Tampoco reside en el pasado ni en el futuro. Desde Homero hasta Heidegger, es un presente eterno, pues aunque el mundo cambia, la Verdad, la Ley de Dios, es inmutable.





1 Ver la historia de Guillermo Miller y del “gran chasco” vivido por quienes formaron parte del movimiento “millerita” en el siglo XIX.

jueves, 13 de julio de 2017

Campo de batalla






" Venced el miedo, y yo os prometo que venceréis a la muerte" - Alexander.

" Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará" - Evangelio de Marcos 8:35.

Una vez más nos detenemos a observar la simetría existente entre el espíritu del mundo y el Espíritu de Dios, al hilo de la película dirigida por Oliver Stone. No hay otro modo de identificar los valores eternos sin sombra de error o duda: aquellas expresiones o formas de la cultura humana ( principalmente las letras y las artes clásicas) cuyo significado tiene su correspondiente forma y expresión en la Palabra de Dios. En este caso, es el tema de sacrificar la vida por la Verdad. La vitalidad pagana, el espíritu de Homero, buscaba la autenticidad y la trascendencia por medio del esfuerzo humano ( y para gloria de lo humano). El mensaje bíblico nos dice que la trascendencia únicamente puede alcanzarse mediante la abnegación y el sacrificio por amor a Cristo. La abnegación requiere esfuerzo, a veces un esfuerzo demasiado sutil y apacible como para ser identificado como tal. Pero vayamos a la película en sí, tan imperfecta e irregular, dotada sin embargo de una belleza y una expresividad extramundanas. Es cierto que la voz en off y las escenas cargadas de diálogos pueden perjudicar la imagen pura, pero en este caso, en virtud de una excelente labor de escritura, tenemos una memorable sinfonía del verbo y de la acción. Los personajes hablan, para bien o para mal, conforme a los elevados propósitos de su espíritu. De ahí surgen esos diálogos que son a la vez prosa y poesía, y que de algún modo vindican el carácter de lo eterno ( al contrario de la horrenda expresividad de Game of thrones, por ejemplo). Veamos hasta qué punto la película está fuera de la contemporaneidad, atendiendo a algunas de las ideologías reinantes en el mundo presente, y al rechazo general por parte de público y crítica: la mujer ( y la madre ) es una víbora. Cuando parece que habla de homosexualidad ( o de libertinaje sexual ) en realidad está vindicando el celibato por el compromiso con una misión y con un Gran Sueño, empresa en la cual la mujer y la familia son un lastre inasumible ( véase la relación entre Alejandro y Hefestión. Tan sólo una breve cita homoerótica. El resto de secuencias conforman una historia de amor casto y puro ). La amistad es la forma de relación eterna, y no el matrimonio ( “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo." Mateo 22:30) El valor de la guerra, la sangre y el sacrificio. Y, en definitiva, la película desborda en sueños y en ideas inalcanzables salvo para los que creen en la verdad, una verdad personal que no es sino la particular asimilación de la verdad universal. La banda sonora de Vangelis eleva a lo celestial aquello que por su violencia y destructividad nos remite exclusivamente al infierno.

¿Qué sentido tiene el valor de la guerra, a la luz de la Palabra de Dios?. La guerra nos ayuda a vencer el miedo. Y, en la contienda contra las huestes espirituales, la vida diaria es el campo de batalla, la espada es la Palabra de Dios y la Fe nuestro escudo. El valor y la nobleza también son valores eternos, y hoy en día muchos pretenden relacionarse con la eternidad aplicando estos "valores" en el campo de la política, el arte, la ciencia, el pensamiento o el espectáculo. Es el campo del pensamiento (del corazón) el que nos interesa. Pensar como Dios, y estar dispuestos a entrar en la batalla y morir como Cristo y luchar como Cristo, en su misma perfección de carácter.

lunes, 22 de mayo de 2017

La lucha contra el "mundo" (II)

"¿Qué significa cesar de pecar? La respuesta es clara: No significa dejar de tener una naturaleza pecaminosa o dejar de ser tentado. No significa dejar de experimentar las consecuencias de una herencia pecaminosa o dejar de sentir el llamado de las seducciones desde adentro y desde afuera, que son consecuencia de haber pecado. Significa, en cambio, que por la gracia de Cristo, ¡podemos cesar de ceder a esas presiones! Significa que podemos decir "¡No!" a toda tentación interior o exterior, y "¡Sí!" al Espíritu Santo. Significa que podemos ser hechos verdaderamente obedientes a la ley de Dios, de manera que podemos decir con Cristo: "el hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado, y tu ley está en medio de mis entrañas" (Sal. 40:8).

No significa perfección de la carne. Quizá Jesús, como carpintero, erró el martillazo alguna vez, mellando la madera en lugar de clavar el clavo. ¡Sería una necedad calificar eso de pecado! El pecado tiene relación con la voluntad, con la elección. Obsérvense las expresiones volitivas: "El pecado de la maledicencia comienza acariciando los malos pensamientos... Un pensamiento impuro tolerado, un deseo insano acariciado, contamina el alma, compromete su integridad... Si no hemos de cometer pecado, debemos cortarlo desde el mismo principio. Todo deseo y emoción deben mantenerse en sujeción a la razón y la conciencia. Debe desecharse inmediatamente todo pensamiento impío...

Nadie puede ser forzado a transgredir. Antes debe ser conquistado su consentimiento; el alma debe proponerse el acto pecaminoso antes de que la pasión pueda dominar la razón, o la iniquidad triunfar sobre la conciencia. La tentación, por fuerte que sea, no es nunca una excusa para el pecado" (Testimonies, vol. V, p. 177).


Introducción al mensaje de 1888. R. J. Wieland. www.libros1888.com. Página 57.

jueves, 4 de mayo de 2017

Oración

"Que nada exista, solo la misión. Un camino recto y paciente hacia el Sol de Justicia. Y siempre hacia el objetivo. Humildad y  un equipaje ligero en consecuencia. Mi yugo es fácil, mi carga es ligera, decía el Maestro. Piedra y tierra bajo la pisada firme y el oxígeno de los vientos azules, la alegría en los corazones que aman la Verdad y la comida del mendigo. Amistad, castidad, salud, fuerza de Dios, abnegación, perfección y paz desde el amanecer hasta el atardecer. Que nada exista, la mirada franca, las palabras justas, el silencio cómplice . Que Dios nos ilumine, y tendremos la perfección del cuerpo y de la mente. Que allí donde el mundo pida plata y oro podamos regalar el gozo de Nuestro Señor Jesús. Esto es el Ser, y pedimos Señor que nos des de tu gloria para Ser hasta donde tú quieras que seamos, porque nosotros no podemos si tú no quieres. Pero este es el Ser que pide tu permiso para ser real y alcanzar tu Espíritu en nuestras vidas. Amén."

miércoles, 19 de abril de 2017

"Hablaba como Dragón..."

    
 "EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES". APÉNDICE


La iglesia, en su propia esfera, es de ordenación divina, el "cuerpo de Cristo," "el templo de Dios," "la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos," y deriva su poder, su autoridad, su dirección, de Cristo, su cabeza. Como todos los afectos e intimidades de la esposa deben reservarse para el esposo solo, de entre todos los hombres, así también debe relacionarse la iglesia con Cristo. Ella ha de guardarse para él, como casta virgen para siempre.  Ninguna alianza, cortejo, ni vínculos, ni acuerdos, ni compromisos pueden existir entre ella y las potestades de la tierra. Si ella ha de permanecer fiel, fuerte y elevadora, debe ser leal a Cristo solo. Su propósito en la tierra es llevar las almas a la perfecta y divina unión con Cristo que ella misma posee. No puede hacerlo si traiciona la verdad, o renuncia a su pureza. El estado también ha sido ordenado por Dios para conservar el orden y proteger a los hombres contra la violencia. Existe a causa del pecado; si no hubiese pecado, no tendría razón de existir.  Su misión consiste solamente en evitar, por medio del temor de las penalidades, que cometan el mal las personas de malas intenciones. Actuando en su propia esfera, es siempre útil, y lo será mientras exista el pecado. En el cumplimiento de su más alto propósito, no puede tener unión alguna con la religión o con la iglesia. La religión no debe hallar cabida en los libros de sus estatutos, y la iglesia no debe hallar reconocimiento allí. Tales son los propósitos divinos, plenamente presentados en la Palabra, respecto de la iglesia y el estado. La iglesia divina crece por la vida de Dios, y es amoldada y guiada por la Palabra de Dios. El estado es ordenado, en general, según las exigencias de la época y el lugar de su existencia, y ejerce la debida jurisdicción cuando atiende con carácter civil sus propios asuntos, sin tener nada que ver con la religión. Ha sido objeto del estudio y esfuerzo de Satanás unir la iglesia y el estado desde el principio. Separados, son útiles y valiosos para la vida del mundo. Unidos, vienen a ser un veneno mortífero, tanto para el cuerpo político como para el cuerpo eclesiástico. De una unión tal, brotan las grandes bestias apocalípticas, que desgarran cruelmente y aplastan despiadadamente la vida de todos los que se les oponen. (Véase Daniel 7 y Apocalipsis 12, 13 y 17.)  La "bestia" de Apocalipsis 13 :1-10 es un símbolo de este poder a través de los siglos, que ha existido bajo diversas formas, simbolizadas por las siete cabezas.  Bajo la cabeza dominante del período presentado en Apocalipsis 13:1-10, la bestia representa el papado. Ejerció el poder perseguidor durante 1.260 años, al fin de los cuales nos es representada como yendo en cautiverio. Lo que hizo de ella un poder perseguidor fue la unión de la iglesia con el estado. La Edad Media atestigua sus funestos efectos tanto sobre la iglesia como sobre  el estado.  Precisamente cuando este poder perseguidor va en cautiverio (vers. 10), el profeta ve otro poder que se levanta en forma de "otra bestia" que sube "de la tierra," y que tiene "dos cuernos semejantes a los de un cordero, mas hablaba como un dragón." Había, entre otras especificaciones dignas de nota, que significaban claramente a qué potencia se aplica este símbolo, las cuatro siguientes: 1. E1 tiempo de su nacimiento. 2. E1 territorio en que actúa. 3. El carácter que profesa tener, según lo indican sus cuernos. 4. Su verdadero carácter y  obra, según lo revela su voz. 1. Esta potencia, nace más o menos, cuando la bestia anterior, gobernada por la cabeza papal, es llevada en cautiverio o cesa de ser  potencia perseguidora. Esto sucedió en 1798, cuando el papa Pío VI fue llevado en cautiverio, y desde esa fecha el papado no ha sido reconocido por el poder civil como defensor de la fe de las naciones y juez de herejes. En esa oportunidad —al fin del siglo XVIII— había tan sólo una nueva potencia notable que hacía su aparición en el horizonte del mundo, a saber, los Estados Unidos de Norteamérica. 2. Las bestias que representaban las naciones del Viejo Mundo aparecen como saliendo del mar (Daniel 7:2, 3, 17; Apocalipsis 13:1); el mar, o las aguas, simboliza los grandes movimientos nacionales de flujo y reflujo, con todos los cambios y fluctuaciones que ocasionan (Apocalipsis 17:15; Isaías 8:7). Pero la bestia de dos cuernos llega al poder, no entre las naciones conocidas del mundo, sino en una parte desconocida hasta entonces. Esta especificación se cumple en los Estados Unidos y su gobierno ¡ porque surgieron, por así decirlo, "entre las soledades de la tierra." 3. Tenía dos cuernos como los de un cordero, rasgo que no se  notó en ningún otro símbolo de la profecía divina. El "cordero" es un símbolo de Cristo, el Cordero muerto desde la fundación del  mundo, Cordero que "tenía siete cuernos." (Apocalipsis 5:6) Un cuerno es símbolo de fuerza o exaltación, o de lo que produce eminencia o exaltación. Había dos principios en las doctrinas de Cristo que, adoptados por cualquier gobierno, le darían preeminencia y  servirían para elevarlo. Estos dos principios de la religión cristiana han contribuido, aparte de su inherente poder divino, para granjearle favor dondequiera que hayan sido conocidos, y los hombres que no los abrazan los admiran. Estos dos principios de este gobierno han granjeado también la admiración de todos los que aman la justicia en todas las naciones, y han llevado a sus playas desde el Viejo Mundo, multitudes de oprimidos y amantes de la libertad. Estos principios son la absoluta igualdad o fraternidad de los hombres y la perfecta libertad de elección en cuanto a creer o no creer en asuntos religiosos. El primero se expresa en pasajes como éstos: "Dios . . . de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres"(Hechos 17:26), y "Uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos"(Mateo 23:8). El segundo, por estas palabras: "El que oyere mis palabras, y no las creyere yo, no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo." (Juan 12:47.) "Dios no hace acepción de personas." (Véase también Juan 18:36; Mateo 20:25-28; Lucas 9:51-56; 2 Corintios 1:24; 5:11, 20.) La obra de los ministros de Cristo no consiste en obligar, sino en ganar; no en ordenar sino en persuadir y rogar. Únicamente una religión sobre toda la faz de la tierra reconoce los principios de la igualdad de los hombres y la absoluta libertad de la voluntad, sin compulsión. Únicamente una nación importante sobre toda la faz de la tierra ha encarnado alguna vez en la constitución de su existencia y los principios de su gobierno estas dos características, y esta nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica. La igualdad del hombre se presenta así en la declaración de la independencia: "Tenemos por verdades evidentes de por sí: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su |Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad." La libertad religiosa se presenta en la primera enmienda de la constitución: "Ninguna ley  promulgará el Congreso respecto del establecimiento de la religión, o que prohíba el libre ejercicio de ella; o cercene la libertad de palabra o de prensa; o el derecho de reunión pacífica." Estos principios cristianos limitan el símbolo de la bestia de dos cuernos a los Estados Unidos.  4. "Hablaba como un dragón." El "dragón" es satánico, y símbolo de una potencia perseguidora. (Apocalipsis 12:9, 13.) "De la abundancia del corazón habla la boca." La manera de hablar revela  la verdadera naturaleza y el desarrollo ulterior de la nación que nos ocupa. Un gobierno habla por sus leyes y decretos. El símbolo  indica, por lo tanto, que los Estados Unidos llegarán todavía a ser una potencia perseguidora. ¿Hay indicaciones de que tal será el caso? Hace noventa años, no se podía decir que las hubiese. Ahora son legión. Por la profecía puede verse que la bestia de dos cuernos levanta una imagen a la bestia e impone la marca de la bestia a aquellos que están dentro de su jurisdicción. Lo que constituía la bestia era una unión de la iglesia y el estado, en la que el estado imponía a todos los dogmas de la iglesia. Una imagen de la bestia sería el establecimiento de un sistema semejante en el gobierno de los Estados Unidos. El espacio limitado de este apéndice no permite citar las pruebas de que esto ya se está haciendo en principio. Notaremos, sin embargo, algunos hechos: a) En 1864 se formó la Asociación pro Reforma Nacional con el objeto confesado de "conseguir una enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que declare la fidelidad de la nación a Jesucristo, y su aceptación de las leyes morales de la religión cristiana, que indique que ésta es una nación cristiana, y coloque todas las leyes, instituciones y costumbres cristianas de nuestro gobierno sobre una base legal innegable en la ley fundamental del país." Por supuesto, el lector inteligente y avizor verá en seguida que este propósito cristalizado en ley no sería sino la interpretación humana de "las leyes morales de la religión cristiana " Y la Edad Media poseyó en abundancia estas interpretaciones. b) Aunque la asociación nombrada nunca ha sido numéricamente muy grande, ha difundido sus opiniones erróneas en toda denominación religiosa, en las instituciones del saber y entre los miembros de toda organización que se destaque por sus esfuerzos en realizar reformas. La Unión de Mujeres Cristianas Temperantes, que fomentó la prohibición, y las grandes denominaciones protestantes del país, han favorecido, en una forma u otra, estas opiniones, y han ejercido presión, por la influencia política, sobre los funcionarios públicos del gobierno nacional y de los estados.   c) El 29 de febrero de 1892, la Suprema Corte de los Estados Unidos declaró, en la decisión respecto de la iglesia Trinity, que "ésta es una nación cristiana," y el verano siguiente ambas cámaras del Congreso, juntamente con el presidente, cedieron a la presión, y declararon que el día de reposo del cuarto mandamiento era el domingo, primer día de la semana, con lo que los magistrados civiles fallaron con respecto a una cuestión religiosa y así comprometieron el gobierno a este procedimiento. d) Sucesos ulteriores, notablemente el reconocimiento oficial y la recepción de un representante del Vaticano de parte del gobierno, precisamente antes de la guerra de 1898 con España, revelan el hecho de que los pasos preliminares de una unión de la iglesia y el estado —una imagen de la bestia— han sido dados.  La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. (Véase Éxodo 20:8-11; Ezequiel 20:12, 20.)  La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta, enseña, practica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia. Como se ha notado ya, la señal del poder de Dios es su santo sábado del cuarto mandamiento. La interpretación papal de aquella ley discrepa de la Palabra mayormente en lo que respecta a ese mandamiento. La ley de Jehová declara que "el séptimo día será sábado a Jehová." La iglesia católica romana declara que guardar este mandamiento consiste en "dedicar el domingo [primer día de la semana] a la oración y otros deberes religiosos." — Catecismo de Butler. Al querer probar que "la iglesia tiene poder para instituir fiestas de precepto," el Catecismo Doctrinal dice: "Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan con ella todos los religiosos modernos: no podría haber substituido la observancia del domingo, primer día de la semana, en lugar de la observancia del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay autoridad bíblica." Otra obra católica (Abridgment of Christian Doctrine) prueba la misma autoridad de la iglesia "por el mismo acto de cambiar el sábado en domingo.... Guardando el domingo, ellos [los protestantes] reconocen el poder que tiene la iglesia para ordenar fiestas, y para ordenarlas so pena de pecado." Muchos otros testimonios respecto del mismo hecho podrían presentarse de fuentes católicas y protestantes La marca de la bestia es, por lo tanto, el domingo impuesto por la ley. ¿Hay pruebas de que el gobierno norteamericano hará esto, y que obligará a todos sus súbditos a recibir esta marca en la diestra, absteniéndose de todo trabajo, o en la frente, es decir libremente y por su profesión de fe? En verdad, las pruebas abundan. Ya varios estados, por separado, han perseguido a los que realizaban trabajos comunes en domingo. Por la multiplicación de las decisiones judiciales, contrarias a la Constitución y al verdadero espíritu americano, y por la enorme presión de los entusiastas religiosos sobre los magistrados, la nación de los Estados Unidos se está dirigiendo hacia el fin lógico de los pasos ya dados, a saber una unión completa de la iglesia y el estado y la elevación del domingo al estado de ley.  ¿Qué vendrá luego? Habrá quienes, en conciencia obedientes a Dios y a su Palabra, no podrán observarla. No podrán rendir obediencia al estandarte de otra potencia. Por lo tanto, las leyes se volverán más estrictas; pero serán violadas por razones de conciencia. El gobierno, cegado y lanzado en su carrera fatal, creerá necesario mantener su falsa dignidad. Impondrá multas y penalidades cada vez más severas, hasta la confiscación de los bienes y la privación de la ciudadanía. Los "herejes" no podrán ni comprar ni vender. Serán boicoteados. Y aun más, si persisten en lo que un gobierno cegado llama "obstinación," serán considerados traidores y el castigo que merece la traición es la muerte. La profecía declara que el gobierno de los Estados Unidos llegará aún a decir que a los tales se les ha de dar muerte. Lo ya explicado demuestra que el camino en el cual ha entrado ya la nación de los Estados Unidos conduce lógicamente a este fin. Y no sólo esto, sino que su influencia al respecto hará retroceder al mundo a la Edad Media, a la ruina completa de la iglesia y el estado.  Los que no saben estas cosas pueden tratarlas como increíbles, mas si tan sólo quieren  investigar, pueden comprenderlas. A pesar de todo, Dios cuidará a los fieles; no necesitan temer. Los que corren peligro son los perseguidores, no los perseguidos. 

 
La sabiduría de Dios se manifestó en la elección que hizo en cuanto al tiempo de la venida de Cristo al mundo. Al venir en una época tan tardía, hubo amplia oportunidad de que la profecía atestiguase su misión. Una cadena de predicciones inspiradas que abarca muchos siglos anunció los sucesos relacionados con su aparición en forma humana. Dios quiso que el cumplimiento de esas profecías fortaleciera la fe de los creyentes en Cristo. Si el Salvador hubiese venido mucho antes de lo que vino, esta ventaja no habría sido tan grande. También de acuerdo con la providencia de Dios, Cristo vino cuando dominaba el poder romano. Los judíos, por haberse apartado de Dios, habían caído bajo el dominio de una nación pagana. Aunque ejercía cierta medida de autoridad, el Sanedrín no podía pronunciar juicio en un caso que entrañase la pena capital. Dominados por el fanatismo y la tradición, los judíos eran muy crueles e inexorables. Su odio hacia Cristo era intenso. Si hubiesen poseído el poder supremo, los celosos sacerdotes y príncipes se habrían librado muy pronto del que consideraban como rival. La obra del Salvador entre los hombres se habría abreviado, y nada se habría registrado en cuanto a su vida y su ministerio. No se habría levantado la cruz de Cristo en el Calvario. La crucifixión era un método romano de castigo. Si los judíos hubiesen ejercido un dominio independiente, habrían muerto a Cristo apedreándole por la falsa acusación de violar la ley de Dios. Esto no habría cumplido la profecía de que como la serpiente había sido alzada en el desierto había de ser levantado el Hijo de Dios. Además, si la venida de Cristo hubiese tardado aun más, los judíos no podrían haber logrado su muerte por la crucifixión. Su poder iba declinando constantemente, y no habrían tenido suficiente influencia ante las autoridades romanas para obtener su condenación. El poder romano fue, en las manos de Dios, el instrumento para impedir que la luz del mundo se apagase en las tinieblas. De acuerdo con el plan de Dios, la cruz debía de ser levantada a la vista de todas las naciones, lenguas y pueblos, y llamar la atención al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 
  Poco después de la crucifixión de Cristo, cesó el empleo de la cruz en Judea. Las escenas que acontecieron en ocasión de la muerte del Salvador, la intensa malignidad de los sacerdotes y la ira del pueblo, así como las convulsiones de la naturaleza y las tinieblas sobrenaturales, inspiraron tal terror a los romanos que pronto cesaron de usar la cruz como instrumento de muerte. En la destrucción de Jerusalén, la crucifixión revivió por un tiempo; pero entonces fueron los judíos mismos las víctimas. La misma suerte que habían pronunciado sobre Cristo, recayó sobre ellos.  Multitudes perecieron de esta manera. En el Calvario se plantaron cruces tan numerosas como si hubiesen sido árboles de un bosque. La venida de Cristo en el tiempo y en la manera en que se produjo, fue un cumplimiento directo y completo de la profecía. La evidencia de esto, dada al mundo por medio del testimonio de los apóstoles y de sus asociados, es una de las pruebas más categóricas de la fe cristiana. Nosotros no fuimos testigos oculares de la vida de Jesús, pero tenemos el testimonio de sus discípulos; y por la fe vemos por sus ojos y oímos por sus oídos, y nuestra fe acepta la evidencia dada.   Los apóstoles aceptaron a Cristo por el testimonio de la profecía, que les fue confirmada al ver y tocar ellos el Verbo de la vida. Nosotros también tenemos el testimonio de los profetas del Antiguo Testamento, y tenemos, además, el testimonio de los apóstoles y creyentes del Nuevo. Los profetas señalaban a un Salvador que iba a venir; los apóstoles hablaron de un Salvador que había venido en exacto cumplimiento de la profecía. Así la cadena de la evidencia es completa y cabal. Es suficiente para convencer a todos los que quieran creer. Dios ha dado a los hombres amplio testimonio para establecer su fe en su poder, en la divina misión de su Hijo, y en la autoridad y la obra del Espíritu Santo. 



Los presagios que han de preceder a la segunda venida de Cristo son muchos (Lucas 21:25-27); pero en Mateo 24:29, 30 se presentan tres señales específicas en el sol, la luna y las estrellas, como sigue: "Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas. Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo. Y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria." Los días aquí mencionados son los 1.260 días proféticos, o años, de la tribulación del pueblo de Dios, que abarcan la Edad Media, y están predichos en Daniel 7:25; 11:33-35 y en Apocalipsis 12:6 13-16. Estos días comenzaron en el año 538 de nuestra era cuando el obispo de Roma fue hecho, por decreto de Justiniano y por el derrocamiento de las potencias arrianas opositoras, "Cabeza de todas las Santas Iglesias" y "Verdadero y Eficaz Corrector de Herejes." Continuaron hasta 1798, cuando Pío VI fue llevado prisionero por el general Berthier y el poder del papado sobre los gobiernos de Europa quedó quebrantado. La tribulación, o activa persecución, no abarcó todo ese período. El Señor abrevió la tribulación por causa de los escogidos. Dos cosas importantes ocurrieron para quebrar el poder de esta persecución:
(1) La creciente influencia de la Reforma sobre Europa, que iluminó a los príncipes acerca del verdadero cristianismo, y (2) la apertura del Nuevo Mundo a los oprimidos de todas las naciones. Los gobernantes de Europa vieron a sus súbditos más concienzudos abandonarlos para irse a América, y vieron que era necesaria la tolerancia para retenerlos. El primer gobernante de influencia que obro en este sentido fue María Teresa, emperatriz de Austria, quien en 1776 abolió la tortura en sus estados hereditarios, lo cual fue seguido por el edicto de tolerancia de su hijo, el emperador José II, el 22 de junio de 1781. En 1776, las colonias unidas de Norteamérica se declararon estados libres e independientes; y así se abrió un refugio para los oprimidos de todas las naciones. "Y la tierra ayudó a la mujer." (Apocalipsis 12:16.) El obscurecimiento del sol iba a ocurrir "en aquellos días, después de aquella aflicción" (Marcos 13:24), "después de la tribulación." (Mateo 24:29, V.M.) Como la tribulación  cesó hacia 1776, y los días terminaban en 1798, quedamos reducidos a un breve periodo de 22 años para ver la aparición de la primera de estas señales. Por lo tanto, por muchos obscurecimientos del sol que hayan ocurrido en lo pasado, o puedan ocurrir en lo futuro, esta profecía no queda afectada por ellos. La profecía señala un obscurecimiento del sol que debe haberse realizado [784] entre 1776 y 1798, habiendo de ser más cercano a la primera fecha que a la última. En cumplimiento de la predicción de nuestro Señor, el 19 de mayo de 1780 ocurrió un muy notable obscurecimiento del sol, que se extendió por la parte oriental de Norteamérica y fue notado por muchos eruditos y escritores. A él se refiere el Webster” s Unabridged Dictionary (diccionario completo de Webster), el cual, después de dar la fecha del acontecimiento dice: "La verdadera causa de este fenómeno notable es desconocida." El ganado volvió a casa, las aves subieron a sus palos, los hombres y mujeres lloraban y se lamentaban, creyendo que había llegado el día del juicio. A la noche siguiente, aunque era luna llena, hubo tales tinieblas que, según las palabras de cierto escritor, "una hoja de papel blanco, mantenida a pocas pulgadas de los ojos, era tan invisible como el terciopelo más negro." A veces, cuando se veía la luna, era roja como sangre. (Véase Apocalipsis 6:12.) La última señal de la serie fue la lluvia de estrellas o meteoros, más gráficamente descrita en Apocalipsis 6 13. Esta señal se cumplió con la gran lluvia meteórica del 13 de noviembre de 1833, que fue visible en la mayor parte de la tierra. El siguiente diagrama ayudará a comprender la profecía:  
Estas son señales específicas para la última generación de hombres que había de vivir en la tierra antes del regreso de Cristo. No revelan el día ni la hora de su venida, pero recalcan con triple seguridad esta advertencia: "Cuando viereis todas estas cosas, sabed que él esta cerca, a las puertas. En verdad os digo, que no pasara esta generación, hasta que todo esto sea hecho. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán." (S. Mateo 24:32-36, V.M.) La venida de Cristo está a las puertas. 


Es bien sabido que la puntuación de la Biblia no es obra de los escritores inspirados. En verdad, la puntuación es un arte moderno, pues la coma en su forma actual fue   inventada en 1490 por un impresor de Venecia. Por lo tanto, tenemos libertad para cambiar la puntuación de la Escritura según lo exija el sentido. En Lucas 23:43, si se coloca la coma después de hoy, y se suprime la palabra "que," vocablo que no existe en el original griego, el texto dice: "De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso." Entonces no hay falta de armonía entre este pasaje y la declaración ulterior de Cristo de que todavía no había ascendido al Padre.



Vale la pena notar que seis de las ocho menciones del primer día de la semana en el Nuevo Testamento se refieren al mismo día, el día que nuestro Señor resucitó. Los pasajes que lo mencionan son los siguientes: S. Mateo 28:1; S. Marcos 16:2, 9; S. Lucas 24:1; S. Juan 20:1, 19. Es extraño que estos pasajes que se refieren al día de la resurrección de nuestro Señor, sean citados en prueba de que se deba descansar el domingo o tenerlo por día del Señor.  Las siguientes consideraciones demuestran claramente que dichos textos no suministran prueba alguna de que el primer día tenga un carácter sagrado: 1. Ni en estos pasajes ni en el contexto de cualquiera de ellos se declara, como no se declara tampoco en ninguna otra parte de la Biblia, que el domingo sea día de reposo o día del Señor, ni día sagrado, ni que hubiese de reemplazar al sábado de Jehová. Por cierto que a quien observe el domingo como día santo, o en honor de la resurrección, el Señor podría preguntar, como preguntó antaño: "¿Quién demandó esto de vuestras manos?" 2. Dicen los eruditos bíblicos que Mateo escribió su Evangelio de siete a treinta años después de la resurrección; Marcos escribió su Evangelio treinta años después; Lucas escribió el suyo treinta y dos años después; y Juan unos sesenta años después de la resurrección. Pero ninguno de estos escritores designa el domingo con otra expresión que "primer día de la semana," mientras que el día anterior es uniformemente llamado por el nombre sagrado de "sábado." Por cierto que los escritores inspirados no conocieron cambio alguno de día de reposo. 3. Que ese día no se celebraba en honor de Cristo resucitado es evidente por el hecho de que los discípulos "no creían" que hubiese resucitado, ni aun después que se lo dijera María. (S. Marcos 16: 11.) Tampoco creían los discípulos la historia de los dos que habían visto a Jesús en Emaús. (Vers. 12,13.) Y cuando nuestro Señor apareció a los once, "ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu" (S. Lucas 24:37), y nuestro Señor "censuróles su incredulidad y dureza de corazón, que no hubiesen creído a los que le habían visto resucitado." (S. Marcos 16:14.) La verdad es que los discípulos no se habían reunido para celebrar la resurrección de Aquel en cuya resurrección no creían. 4. Es de notar que ese día no era considerado por los discípulos como día santo. Dos de ellos viajaron a Emaús, aldea que estaba a unos doce kilómetros de Jerusalén, y emplearon en ello una porción considerable del día Volviendo a Jerusalén al final de ese día encontraron a los discípulos reunidos, no con el propósito de celebrar una reunión religiosa, sino en una morada común de Jerusalén, con las puertas cerradas "por miedo de los judíos." (Compárese S. Juan 20:19 con Hechos 1:13.) 

Jesús no empleó un día consecutivo de una semana en resucitar de los muertos, como lo había hecho al descansar de la creación, ni empleó todo un día ¿Por qué se había de poner aparte todo un día de la semana para recordar su resurrección? Dios dio al mundo un emblema recordativo más adecuado para conmemorar su resurrección, a saber el poder de una nueva vida en sus hijos creyentes. (Romanos 6:6) Ni la vida ni la enseñanza de Cristo o de los apóstoles, proporciona base para creer que el domingo tenga carácter sagrado. En otros dos pasajes del Nuevo Testamento se menciona el primer día de la semana; a saber, Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2. El primero se refiere a la única reunión religiosa que se mencione celebrada en ese día evidentemente porque se realizó entonces un milagro notable. Esa reunión se celebraba en la velada que procedía al día, y duró hasta el amanecer; y ese domingo lo dedicaron Pablo y sus compañeros al trabajo físico de un viaje a pie. El segundo texto se refiere a un acto que debía realizarse en casa. Ordena que "cada uno de vosotros aparte en su casa" algo, no en una colecta pública, ni en una caja de contribución general, sino que lo "ponga aparte y guarde en casa" (siríaco). Para el que estudia la Biblia, es inevitable la conclusión de que el carácter sagrado que se atribuye al domingo se basa completamente en la tradición y no en la Palabra.