miércoles, 19 de octubre de 2016

El mensaje de los tres ángeles: una perspectiva contemporánea y psicológica.

" Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. "

APOCALIPSIS 14: 6-12




En Apocalipsis 14, versículos 6 al 13, aparece el conocido mensaje de los tres ángeles. Constituye la advertencia definitiva de Dios a la humanidad en este tramo final de la historia. Dios, para comunicar al mundo su advertencia, utiliza mediadores encargados de proferir el mensaje, conocidos como ángeles, o "mensajeros". Cualquier creyente puede ser uno de estos mensajeros, en este caso el texto bíblico se refiere a personas que ejercen su misión evangelizadora. Pero, ¿qué es y qué significa exactamente el llamado "mensaje de los tres ángeles"?.  Según el espíritu de profecía, se refiere a eventos del tiempo del fin que tendrán lugar siguiendo el orden expuesto en el texto bíblico. En primer lugar, el anuncio del comienzo del juicio final en 1844 y la exhortación a adorar al Dios verdadero. Seguidamente la caída de Babilonia; Babilonia es un sistema religioso o poder espiritual que seduce y engaña al mundo presentando una imitación de los atributos y las verdades divinas. Consecuencia de reconocer al Dios verdadero es la caída del velo de Babilonia y, por tanto, el engaño queda a la vista de todos los fieles. Finalmente los fieles advierten al resto de la sociedad sobre el engaño y la necesidad de rebelarse contra la marca de la Bestia. En esta secuencia lógica, cada mensaje de los tres ángeles es consecuencia del mensaje anterior.

Este pasaje de Apocalipsis 14, no obstante, señala hacia los creyentes de todas las épocas, todos los que existieron y existen a partir del siglo I de la era cristiana. La misma secuencia de causas y consecuencias se puede aplicar al proceso de despertar espiritual en la mente de un individuo que descubre al Dios de la Biblia y su intervención en la historia humana.  En pleno siglo XXI, conocer el desciframiento de la profecía de Daniel llevado a cabo por el movimiento millerita en el siglo XIX nos aproxima a la verdad sobre el comienzo del juicio final en 1844, y a la conversión a la sagrada Ley de Dios y su Cristo. Reconocer al Dios verdadero y adorar a nuestro Creador implica un cambio en los esquemas mentales, las creencias, los gustos, la conducta, etc. Consecuencia de ese primer paso en el proceso del despertar es la caída del velo de Babilonia. Podemos considerar a Babilonia, en el siglo XXI, como un "sistema-mundo" cuyo centro es un poder religioso y espiritual (Catolicismo romano y Masonería) que dirige y mantiene al resto de los sectores estratégicos de la maquinaria del sistema: las religiones establecidas, la política, la cultura popular, las finanzas, la propaganda, el pensamiento establecido, el control mediático, etc. Pero, ¿qué significa "darse cuenta" de que el velo ha caído y que, en este caso también, "el rey está desnudo"?.  Es tomar conciencia del fraude humano, del engañador, la Serpiente antigua, y de su mente siniestra embaucando al mundo entero. En un sentido más profano, si se prefiere, revela la corrupción del sistema en el que vivimos. Y, finalmente, ya en el tercer paso del proceso, correspondiente al mensaje del tercer ángel, consecuencia del desvelo de la realidad, el cual sólo será definitivamente consumado con la Segunda Venida de Jesucristo, los "despiertos" advierten contra la "marca de la Bestia". Aceptar pasivamente la "marca de la Bestia" implica aceptar los designios humanos de este siglo y confabular con el enemigo de Dios y de la raza humana. El espíritu de profecía revela que el Domingo es la "marca de la bestia", mientras que el Sábado es el "sello de Dios". Para entenderlo, a un nivel humano y práctico, digamos que Sábado y Domingo son dos formas de conciencia distintas. Una, la de los guardadores del Sábado, la correspondiente con el carácter de Cristo. La otra, los que guardan el Domingo como día de reposo, corresponde, de forma pasiva o activa, al carácter de Satanás. En su segunda venida, el Mesías viene para salvar a sus elegidos ( que habitarán con el Señor en el cielo durante mil años ) y para destruir el mundo junto con los seguidores de la Bestia. No hay caminos intermedios. La creación gime esperando a que la Verdad sea proclamada con fuerza. Porque, considerado desde la espiritualidad bíblica, no hay peor forma de opresión que el estado de cosas consecuente a callar, tergiversar o frivolizar con la verdad de nuestro Creador.      







domingo, 16 de octubre de 2016

Tabernáculos




Sucot o fiesta de los tabernáculos en su significado práctico y a la luz de la verdad presente.

Tabernáculo significa lugar donde reside la vida. Habitamos y somos un cuerpo. El templo no es una iglesia ni ningún edificio salomónico, es el cuerpo donde reside el Espíritu Santo. "¿No sabéis que sois templo del Espíritu Santo?". Dios viene a habitar en todo aquel que cree en Jesús y guarda su Ley. El tabernáculo temporal, para los redimidos, será un tabernáculo eterno por la transformación de los cuerpos como don de Dios para sus elegidos. Hasta entonces, el tabernáculo terrenal nos recuerda que somos extraños y peregrinos en la tierra. En relación a la reforma pro-salud, la celebración del sucot y la cosecha obtenida supone agradecer a Dios las bendiciones por la salud y el vigor del cuerpo y, en consecuencia, del alma.

El mesías Jesucristo nació en Sucot, y su segunda venida será también en esta festividad. La divinidad entró en el tabernáculo, en un cuerpo humano en semejanza de pecado al nuestro, para purificarnos y vencer al pecado. Celebramos la natividad de Jesús en estas fechas, el momento en el que proclamamos: "Dios con nosotros", liberados y esperanzados en el Tabernáculo del Cielo (la Jerusalén celeste) aquel que, después de los mil años, vendrá a posarse sobre la Tierra renovada.


Son las fiestas de la divinidad. Es el momento de agradecer a Dios todas las bendiciones recibidas durante el ciclo del apogeo de la luz que ya empieza a declinar. Es la cosecha de otoño para los antiguos israelitas y el gozo consecuente a adorar a un Dios que provee, perdona y da alimento espiritual y físico.


Fuente: http://www.ministerioluzalasnaciones.com/









martes, 11 de octubre de 2016

Qué es la Vida Eterna


Fragmento del capítulo final de "El Conflicto de los Siglos". Verdad, Justicia y Belleza.



"El temor de hacer aparecer la futura herencia de los santos demasiado material ha inducido a muchos a espiritualizar aquellas verdades que nos hacen considerar la tierra como nuestra morada. Cristo aseguró a sus discípulos que iba a preparar mansiones para ellos en la casa de su Padre. Los que aceptan las enseñanzas de la Palabra de Dios no ignorarán por completo lo que se refiere a la patria celestial. Y sin embargo son “cosas que ojo no vió, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano—las cosas grandes que ha preparado Dios para los que le aman.” 1 Corintios 2:9 (VM). El lenguaje humano no alcanza a describir la recompensa de los justos. Sólo la conocerán quienes la contemplen. Ninguna inteligencia limitada puede comprender la gloria del paraíso de Dios.
En la Biblia se llama la herencia de los bienaventurados una patria. Hebreos 11:14-16. Allí conduce el divino Pastor a su rebaño a los manantiales de aguas vivas. El árbol de vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol son para el servicio [734] de las naciones. Allí hay corrientes que manan eternamente, claras como el cristal, al laclo de las cuales se mecen árboles que echan su sombra sobre los senderos preparados para los redimidos del Señor. Allí las vastas llanuras alternan con bellísimas colinas y las montañas de Dios elevan sus majestuosas cumbres. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar.
“Mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras, en descansaderos tranquilos.” “No se oirá más la violencia en tu tierra, la desolación ni la destrucción dentro de tus términos; sino que llamarás a tus muros Salvación, y a tus puertas Alabanza.” “Edificarán casas también, y habitarán en ellas; plantarán viñas, y comerán su fruto. No edificarán más para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; ... mis escogidos agotarán el usufructo de la obra de sus manos.” Isaías 32:18; 60:18; 65:21, 22 (VM).
Allí “se alegrarán el desierto y el sequedal, y el yermo se regocijará y florecerá como la rosa.” “En vez del espino subirá el abeto, y en lugar de la zarza subirá el arrayán.” “Habitará el lobo con el cordero, y el leopardo sesteará junto con el cabrito; ... y un niñito los conducirá.” “No dañarán, ni destruirán en todo mi santo monte,” dice el Señor. Isaías 35:1; 55:13; 11:6, 9 (VM).
El dolor no puede existir en el ambiente del cielo. Allí no habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni manifestaciones de duelo. “Y la muerte no será más; ni habrá más gemido ní clamor, ni dolor; porque las cosas de antes han pasado ya.” “No dirá más el habitante: Estoy enfermo; al pueblo que mora en ella le habrá sido perdonada su iniquidad.” Apocalipsis 21:4; Isaías 33:24 (VM).
Allí está la nueva Jerusalén, la metrópoli de la nueva tierra glorificada, “corona de hermosura en la mano de Jehová, y una diadema real en la mano de nuestro Dios.” “Su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, [735] transparente como el cristal.” “Las naciones andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traen a ella su gloria.” El Señor dijo: “Me regocijaré en Jerusalem, y gozaréme en mi pueblo.” “¡He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y el mismo Dios con ellos estará, como Dios suyo!” Isaías 62:3; Apocalipsis 21:11, 24; Isaías 65:19; Apocalipsis 21:3 (VM).
En la ciudad de Dios “no habrá ya más noche.” Nadie necesitará ni deseará descanso. No habrá quien se canse haciendo la voluntad de Dios ni ofreciendo alabanzas a su nombre. Sentiremos siempre la frescura de la mañana, que nunca se agostará. “No necesitan luz de lámpara, ni luz del sol; porque el Señor Dios los alumbrará.” Apocalipsis 22:5 (VM). La luz del sol será sobrepujada por un brillo que sin deslumhrar la vista excederá sin medida la claridad de nuestro mediodía. La gloria de Dios y del Cordero inunda la ciudad santa con una luz que nunca se desvanece. Los redimidos andan en la luz gloriosa de un día eterno que no necesita sol.
“No vi templo en ella; porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero son el templo de ella.” Apocalipsis 21:22 (VM). El pueblo de Dios tiene el privilegio de tener comunión directa con el Padre y el Hijo. “Ahora vemos obscuramente, como por medio de un espejo.” 1 Corintios 13:12 (VM). Vemos la imagen de Dios reflejada como en un espejo en las obras de la naturaleza y en su modo de obrar para con los hombres; pero entonces le veremos cara a cara sin velo que nos lo oculte. Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su rostro.
Allí los redimidos conocerán como son conocidos. Los sentimientos de amor y simpatía que el mismo Dios implantó en el alma, se desahogarán del modo más completo y más dulce. El trato puro con seres santos, la vida social y armoniosa con los ángeles bienaventurados y con los fieles de todas las edades que lavaron sus vestiduras y las emblanquecieron en la sangre del Cordero, los lazos sagrados que unen a “toda la tamilia en [736] los cielos, y en la tierra” (Efesios 3:15, VM.)—todo eso constituye la dicha de los redimidos.
Allí intelectos inmortales contemplarán con eterno deleite las maravillas del poder creador, los misterios del amor redentor. Allí no habrá enemigo cruel y engañador para tentar a que se olvide a Dios. Toda facultad será desarrollada, toda capacidad aumentada. La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia ni agotará las energías. Las mayores empresas podrán llevarse a cabo, satisfacerse las aspiraciones más sublimes, realizarse las más encumbradas ambiciones; y sin embargo surgirán nuevas alturas que superar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que agucen las facultades del espíritu, del alma y del cuerpo.
Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos—mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y de la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación—soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden a ellos asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y en todas ellas se ostenta la riqueza de su poder.
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más [737] admirarán su carácter. A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre más ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán para engrosar el potente coro de alabanza.
“Y a toda cosa creada que está en el cíelo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!” Apocalipsis 5:13 (VM).
El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor. [738]"