domingo, 18 de febrero de 2018

Audio: La realidad práctica de la Cultura




"Llegados a este punto, y aunque seguramente todavía queda un largo recorrido de estudio y divulgación, podemos establecer unas pequeñas pautas sobre cómo llevar a la práctica la Cultura del Espíritu. De partida, es algo perteneciente al acervo: la Voluntad. La base es ser, tal vez no idealista, pero sí idílico. Y luego es menester tener verdadera Voluntad de ser consecuente con las ideas. La típica dicotomía entre idealismo y realismo ha muerto, porque para el pensamiento de Dios no puede haber discrepancia entre la Verdad pensada y la Verdad vivida. ¿Vamos a ser fieles a ello?. ¿Sí o no?. Señalamos, obviamente, hacia la construcción de la verdadera integridad del hombre. ¿Vamos a ser consecuentes con lo aprendido hasta ahora? ¿Sí o no?. Pero sin tibiezas ni grises. Es el necesario examen de conciencia a nivel individual. Por otro lado, lo que ha de quedar claro, a estas alturas, es que en "Cultura del Espíritu" no pensamos o escribimos sólo para practicar el cultivo de las letras y del pensamiento. Aunque a veces puede ser hasta divertido, el objetivo es cambiar nuestro estilo de vida hacia una vida de santidad y comunión con Dios. Si esto es una suerte de diario o "fanzine" cultural, es obvio que estamos poniendo el énfasis en una búsqueda sistemática para la selección de las creaciones culturales del hombre ( música, literatura, pintura, fotografía, pensamiento, algo de cine, etc ) que puedan contribuir a conformar una "cultura celestial" que contribuya a crear un ambiente social adecuado, y a imitación de la futura sociedad celeste que nos espera tras la segunda venida de Cristo y la destrucción del pecado en el mundo. Sabemos que nunca podremos vivir el cielo en la tierra, pero Dios, en su santa Palabra, nos exhorta constantemente a acercarnos, en la medida de lo posible, a ese modelo de vida apostólica.

Repasemos y hagamos un breve despliegue a nivel práctico: Orden, valor, nobleza, castidad, belleza, humildad, servidumbre, Fe en lo invisible, disciplina, templanza, fraternidad, sacrificio, perseverancia, salud, redención, cortesía...Salir a la calle no es un pasatiempo, caminar cultiva el pensamiento, abriendo caminos y estrategias. Atender a los más desfavorecidos, a aquellos enfermos y excluidos de toda clase que necesitan algo de conocimiento de Dios. Aquello o aquellos que la sociedad desprecia será para nosotros el principal motivo de atención e interés, porque así vivía y sentía el Maestro, y ese es su mandato, siendo la obediencia el fundamento del verdadero Amor. No obstante, según lo aprendido, el movimiento descendente, tan característico del plan de salvación de Dios, no excluye al movimiento ascendente. Las bellezas, dichas y dones que Dios te ha dado, disfrútalas sin complejos ni ataduras innecesarias. Nosotros, a la espera de las mansiones celestiales, no poseemos bellos palacios ni jardines de orden y estética medieval donde poder platicar y cultivar un ocio santo, pero cada ciudad o pueblo tiene sus rincones selectos para nuestra providencia: la huerta, los montes, los parques, la arboleda urbana, el claustro de una biblioteca, el patrimonio histórico-cultural abierto al público, los ríos, la playa, unas ruinas alumbradas con la luz de una hoguera o una vela...en esos lugares, abrir la Palabra de Dios, mostrarla al mundo, recitar, recitar salmos, poemas propios o ajenos, cantar o escuchar música en cualquier lugar ( los modernos dispositivos móviles son una mina en este sentido ). Todo ello, con la debida claridad de ideas y con Voluntad, responde a un plan realista y factible. Los soñadores se han adelantado al tiempo y a la realidad, de lo contrario Dios no nos habría dado ni la profecía ni el don para entender, creer en ello, y ser consecuente con ello."