"Boulleé, "Biblioteca Nacional", uno de los numerosos grabados de arquitectura visionaria, mediados del siglo XVIII. Imagina una catedral del saber, espacio donde las relaciones sociales se fundamentan en el intercambio de conocimiento y al encuentro de almas afines - atención a lo reducido de los grupos humanos que aparecen en la imagen - en contraste con la grandiosidad espacial que las cobija. La gigantesca bóveda de cañón, eje de la construcción espacial, evoca la visión de la bóveda celeste, la cual desciende hacia la escala humana sostenida por las columnatas laterales, donde los muros repletos de libros son el horizonte que guía la curiosidad o la investigación del peregrino. La luz se esparce desde el cénit (abriendo la bóveda en su sección central) y desde el horizonte, a imitación del ciclo solar diario, creando esa atmósfera diáfana tan propia de las catedrales góticas. La biblioteca ya no es un lugar para actividades extraescolares, por causa de lo cual asociamos su función pública a trabajos aburridos e impuestos por una autoridad externa a la voluntad y a las facultades personales. Por el contrario, es el foco y el templo que define un estilo de vida impensable para las generaciones actuales, acostumbradas a relacionar el estudio y la lectura con la exigencia académica y la inserción laboral. Expresa, en definitiva, el objetivo de sacralizar la vida, las relaciones y el conocimiento."
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