"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de este mundo de tinieblas, contra malos espíritus del ambiente"
Efesios 6:12
Si vivimos conforme al Espíritu de Dios, el Enemigo es algo que sobrepasa a las personas de carne y hueso, aunque la conducta de las personas es la manifestación palpable del poder de un enemigo invisible pero no inmaterial. Cuando cometemos pecado, pecamos contra Dios y contra el Cielo, en definitiva contra un Espíritu, y lo hacemos inspirados por un Espíritu de vida que se opone a la Ley de Dios. ¿Contra qué luchamos, entonces?. ¿Quiénes son los administradores que, desde las regiones celestes ( o sea, lugares invisibles e imperceptibles para la existencia de seres caídos como nosotros ) envían a la tierra los "malos espíritus"?. Efesios 6: 12, a modo de orden jerárquico, cita, en primer lugar, el principado de Satanás, "príncipe de este mundo" según el evangelio de Juan. A continuación las potestades, es decir, autoridades a las órdenes del "príncipe". Y, finalmente, gobernadores de este mundo, del planeta tierra en concreto. Estos no son los políticos, aunque la política forma parte del mecanismo de promoción de ideas y pensamientos, sino los creadores de sistemas de vida y pensamientos, de imaginarios y de filosofías ( por ejemplo, no habría que examinar simplemente a Marx sino estudiar quiénes influyeron en su formación intelectual y qué propósito espiritual perseguían. O por qué se produjo el triunfo institucional de la teoría de la evolución, un hito de la ciencia que cambió radicalmente la manera de entender al hombre y a la naturaleza) . Esto es lo que directamente nos afecta a todos, creyentes y ateos, cristianos o de cualquier otra denominación. Nos enfrentamos a una cultura y a un pensamiento humano y no divino. El Enemigo es la "cultura" o el ambiente cultural en todas sus variedades ideológicas. El "aire" es respirado y da vida, en este caso el evangelista utiliza la palabra "aire" como metáfora de algo más significativo y trascendente, puesto que es absurdo pensar que los malos espíritus están en el oxígeno. Está relacionado con el control mental. Los malos espíritus están en nuestra mente, son el conjunto de ideas y pensamientos que pueden tener una presentación razonable desde un punto de vista humano pero que son inadmisibles a la luz de la Ley o del Espíritu de Dios. Por tanto, hablemos de un ambiente cultural o de tener, como decía Pablo, el "espíritu del mundo", pantalla del Dragón, en lugar de presentar sumisión al Espíritu de Dios. El Enemigo, afinando más el entendimiento, es la presunción y el egoísmo. La mayor parte de las manifestaciones culturales, políticas o artísticas se sustentan en torno a un eje: el ego humano, autosuficiente y libertario. Sabemos que, por el poder Dios, la conquista es posible, pero siempre son conquistas parciales. Un día estamos con Dios y al otro con Satanás. Los más jóvenes son clave en esta batalla. Le comentaba a un hermano que la juventud es el espejo en el que la sociedad contemporánea quiere mirarse. Si conquistas a la juventud para Cristo, equivale a una profunda estocada en el vientre del Dragón. Pero sabemos que eso no va a pasar, pues el remanente siempre será una minoría. Y aun así queda un gran margen de posibilidades.
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